Ha pasado tanto tiempo desde que iniciamos este recorrido juntos, aún recuerdo a los “amigos” que comenzaron con nosotros, uno tras otro se fueron, quedando sólo nosotros.
Han pasado los años y aún continuamos aquí, un grupo casi olvidado, pero orgulloso de existir.
En este periodo hemos madurado, ha cambiado nuestra forma de pensar, pero en el fondo todo sigue igual, seguimos siendo los mismos jóvenes irreverentes llenos de sueños e ilusiones que éramos hace más de cuatro años.
A veces siento como que el reloj se detuvo y que el tiempo no avanzó, pero cuando volteo y miro las huellas que hemos dejado en nuestro recorrido, me doy cuenta de que este ciclo está por concluir y que aunque los lazos que formamos sean muy fuertes, jamás volveremos a ser un grupo, pues cada quien tomará su rumbo y emprenderá el vuelo hacia un lugar diferente.
Confío en que cada uno de nosotros tomará las mejores decisiones, que aplicaremos todo lo que aprendimos y aprehendimos en este lapso de tiempo, confío también en que nuestra amistad será como el cemento, que siempre nos mantendrá unidos de una u otra forma.
Dicen por ahí que los amigos son la familia que se elige, y a mí me agrada mucho la familia que tengo, pues hemos sido compañeros, confidentes, consejeros, críticos de nosotros mismos, pero ante todo hemos sido amigos, nos hemos apoyado siempre y me atrevo a decir que somos el grupo más unido de esta universidad.
Quiero agradecerles a ustedes, mis compañeros, mis amigos, la amistad que siempre me brindaron, lo tolerantes que fueron con alguien como yo, una persona llena de defectos y un poco rara –jeje–.
Gracias Shaq por ser mi amigo y muchas veces un oído, un abrazo en el momento necesario, gracias Toño por ser un excelente amigo, por hacerme sonreír cuando no podía, por todas tus locuras y tus tonterías que en más de una ocasión nos alegraban el día; gracias Chano por tu paciencia, por tus consejos y observaciones, por ser súper tolerante y amigo, gracias Pita por las charlas extensas que teníamos, por las risas y por ser muy buena amiga, gracias Mimí por tu irreverencia, por hacernos reír, por ser buena compañera y amiga.
También quiero dar gracias a los profesores que siempre compartieron con nosotros su sabiduría, pues gracias maestros como: “el profe Paredes”, “la miss Elba”, “el profe Carrera”, “miss Virma”,”miss Gina”, etc.… hoy soy la persona que soy, gracias a ellos hoy puedo enfrentarme al mundo exterior sin temor, gracias por todos los consejos y por ser siempre buena onda, ¡GRACIAS!
Quisiera que las despedidas no existieran, no quiero decir adiós, pero ha llegado la hora de retirarse y estoy muy agradecida de todos, tanto de los amigos fieles como de los enemigos fastidiosos. Todos ellos inolvidables personajes que permanecerán en mi memoria para siempre.
Nunca olviden que en mi siempre tendrán a una buena amiga, pues en las buenas y en las malas, ¡Aquí estaré!