¿Alguna vez les ha sucedido que al ir en la colectiva, alguien que acaba de subir se sienta hasta atrás y les pide que le pasen su pasaje al operador? ¿Sí? Seguro que eso les causo enojo y debieron de haber pensado “que él mismo se levante, pues el mismo esfuerza le representa a uno como a el otro”. Y tienes mucha razón. esto es algo que sucede en todos lados del país y por supuesto que Tehuacán no es la excepcion.
Sin embargo habrá que contextualizar la situación, piensen que quizás la persona que se subió no lo hizo por vana flojera, sino que intentaba incorporarse tras haber subido a la unidad. Piensen que la práctica de los valores cívicos y de la cultura ciudadana fomenta las bases de la sociedad y se verán recompensados a su debido tiempo.
¿Cómo? Pues piensen que podrían estar en la misma situación alguna vez y necesitaran de alguien quien realice esa acción por ustedes. Dichosos los que cuentan con transporte propio pues ellos no lidian con estos dilemas (lidian con otros mas); sin embargo, ¿nunca les ha pasado que se suben a la colectiva, llevan en las manos algo que le impide sujetarse y el impulso del arranque de la unidad les hace llegar al asiento libre del fondo?, ya estando ahí se acomodan y piden que alguien más pase se cuota.
¿Qué sentirían si la otra persona les contestara de forma grosera? Seguro pensaran “!que falta de modales¡”, “!nada les cuesta estirar el brazo¡”. Ahora ven la realidad. La sociedad actual en la que nos desenvolvemos se encuentra desgajada, llena de egoísmo e inmersa en un estrés terrible. Todo el tiempo andamos corriendo de un lado a otro, sumergidos en nuestro mundo de problemas. Lo que ha hecho que nos olvidemos de los buenos principios. Ya no se ve muy a menudo que la gente se salude con una sonrisa y brinde ayuda al de a lado aunque éste no la haya solicitado
Es necesario detenernos un momento y tomar un respiro. Todos nos quejamos de lo que sucede en nuestro mundo, en nuestra sociedad, pero pocos somos los que nos detenemos a pensar en que es lo que hacemos para mejorar la situación y dar una solución. Todos podemos contribuir al cambio de este mundo y de esta sociedad con un granito de arena. Comencemos por cambiar nosotros mismos. Echemos un vistazo hacia nuestro interior y veamos qué es lo malo de nosotros y mejorémoslo.
Ahora que se avecina el año nuevo, y que piensan en los deseos que pedir y realizan su lista de cosas pendientes por hacer, espero incluyan esta tarea dentro de esa lista y se vuelva en uno de sus propósitos de año nuevo. Recuerda que “estirar la mano no te hace daño” y “que es mejor hacer el bien sin mirar a quien que hacer el mal sin mirar a cual”
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